Cerámico o Keramikós fue un antiguo barrio de Atenas que estaba dedicado a Kéramos, patrón de los alfareros. El Cementerio de este barrio guarda tumbas que datan desde el siglo IX a.C. El Paseo de las tumbas atraviesa el cementerio, era aquí donde se enterraban los personajes célebres y con alto poder adquisitivo.
En este paseo encontramos, en el rincón al empezar el camino, la tumba de Lisanias formada por dos estelas y que representa a Desíleos hijo muerto en la guerra contra Corinto; encontramos también la tumba del tesorero de Dionisio de Cólitos, decorada con una pilastra sobre la cual hay un toro realizado en el siglo IV a.C. En el lado opuesto de la vía, regresando hacia atrás, encontramos la tumba de Lisímaco con un relieve que representa a Caronte y un banquete fúnebre, acompañado de una estatua de un perro y un altar de Hécate.
Seguimos caminando y nos topamos con la tumba de Eubios con estelas del año 386 a.C. Le sigue posteriormente la tumba de Coroibos, con sus estelas de Heges. Al final del camino vemos restos de varios santuarios, entre los que destaca el Tripopatréion.
Estamos ahora en el cruce de la vía Sacra, la cual presenta un diverso y numeroso conjunto de monumentos escultóricos, tales como: urnas de piedra, un toro hecho de orveta, esfinges aladas y escenas familiares.
Al final de la vía Sacra está la Puerta Sacra, fortificada por dos torreones. A la derecha vemos los restos de las murallas construidas por Temístocles y restauradas por Conón y duplicadas por Licurgo. Y llegamos al Pompéion, un antiguo gimnasio del siglo V a.C. que tuvo que ser reconstruido en varias ocasiones. Desde este gimnasio salía el cortejo de las Panateneas que subían en procesión al Partenón.
El Dipilón es una puerta fortificada que data del 479 a.C., al otro lado de la puerta vemos el Altar de Zeus y los restos de un pórtico de mármol, donde había una fuente.
Llegamos ahora a la vía de la Academia o Dromos, a lo largo de la cual se alinean las tumbas de ciudadanos ilustres construidos por el Estado. En ella destaca, en el comienzo de la vía, el sepulcro de Filateria decorado con relieves muy delicados. Más adelante vemos la tumba de los Lacedemonios, muertos por ayudar a Atenas en la guerra de los Treinta Años.
A la izquierda de la entrada de la zona arqueológica se encuentra el Museo de Keramikós donde se exponen la mayor parte de las piezas encontradas en la necrópolis, como inscripciones epigráficas, estelas funerarias, esculturas, animales de terracota, objetos de hierro, vidrio, bronce y oro, pero sobre todo cerámica de diversos tipos (geométricas, proto-geométricas, protoática, etc...).
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