Se trata de uno de los centros urbanos más importantes de la ciudad, donde encontramos interesantes edificios como el Palacio Consistorial, el Gobierno Militar, el edificio de la Comunidad de los Canales del Taibilla, el comentado anteriormente palacio de Riquelme y, más al sur, el monumento a los Héroes de Cavite.
Si comenzamos nuestro recorrido desde la parte norte de la plaza, veremos en primer lugar el edificio de la Comunidad de los Canales del Taibilla. El régimen de Primo de Rivera, con el visto bueno del rey Alfonso XIII, reguló el control de los ríos mediante la creación de cuencas hidrográficas. De esta manera se creó en marzo de 1926 la Cuenca Hidrográfica del Segura, para estabilizarlo mediante embalses y evitar así inundaciones. Así, la Mancomunidad de los Canales del Taibilla fue inaugurada en 1927 para asegurar el abastecimiento de agua a Cartagena y Murcia.
Presidiendo la plaza encontramos el majestuoso edificio del palacio Consistorial que con su forma triangular ofrece tres fachadas distintas y cuatro cúpulas, siendo la mayor la situada en el centro. El edificio fue construido según proyecto del arquitecto Tomás Rico, levantándose en el solar de la antigua casa consistorial de estilo herreriano del siglo XVII. Se inauguró en el año 1907, coincidiendo con la visita de Alfonso XIII a Cartagena. Originariamente se ideó para acoger las diferentes dependencias del Ayuntamiento, pero con el paso de los años, sobre todo en los años sesenta del siglo XX, ha sufrido varios cambios.
En el exterior encontramos repetidas veces los emblemas de la ciudad: el castillo de la Concepción y la Corona Mural, concedida por el general romano Escipión cuando tomó esta ciudad. Si bien su aspecto general podemos situarlo en la arquitectura modernista, no hay que olvidar que contiene detalles de la arquitectura clasicista, como el cuerpo adelantado de la fachada de entrada, las líneas rectas, los grandes ventanales, las planchas de zinc en los extremos de las cúpulas, etc. Sin embargo, el estilo modernista se acentúa más en sus estancias interiores, con un mobiliario diseñado por el pintor Inocencio Medina Vera. Debido a su construcción sobre terrenos inestables ganados al mar, en 1995 se cerró el edificio y se acometieron importantes obras. En 2006 finalizaron estos trabajos de restauración y consolidación. Casi enfrente y junto al palacio de Riquelme se sitúa el edificio del Gobierno Militar.
Algo más al sur encontramos la escultura de bronce de un joven cargando un pesado petate viniendo del puerto y dirigiéndose a la ciudad, dedicada al Marinero de Reemplazo, obra de Jorge García Aznar. Sentado en un banco, vistiendo el antiguo uniforme de Tierra, se encuentra el monumento al Soldado de Reemplazo, obra de Fernando Sáinz de Elorrieta e inaugurado en el año 2004. Ambas estatuas son un homenaje a los tiempos en que el servicio militar era obligatoria y Cartagena era un destino importante para muchos muchachos de toda España, por ello era común ver el trasiego de soldados y marineros de reemplazo por las calles.
El espacio ajardinado, casi rectangular, acoge la Plaza de Cavite, coronada por el monumento a los Héroes de Santiago de Cuba y Cavite que homenajea a los caídos y supervivientes españoles de las guerras de 1898 contra, por aquél entonces, colonias de Cuba y Filipinas aliadas con Estados Unidos, en la que España fue derrotada. La idea surge en el año 1919 cuando el capitán de Infantería Francisco Ruiz Anaya se reunió con el Ministerio de Marina. Entonces se realizó una suscripción popular en la que participaron todas las clases sociales, autoridades militares, políticos y diferentes ciudades españolas, americanas y filipinas, incluso aportaron dinero Alfonso XIII y su mujer Victoria Eugenia, por aquél entonces reyes de España.
Se eligió al escultor Julio González Pola y a Cartagena como lugar donde se levantaría, si bien también se pensó en Cádiz. Cuatro años después, en noviembre de 1923, este memorial fue inaugurado por Alfonso XIII y Victoria Eugenia de Battenberg, con la asistencia del general Primo de Rivera y el embajador estadounidense Alexander P. Moore, entre otras personalidades de la época. El memorial ha sufrido algunas remodelaciones con el paso de los años, como el de 1982 en que se sustituyeron las figuras originales de piedra (conservadas actualmente en el Arsenal y Hospital Naval) por otras realizadas en bronce.
El monumento, de 15 metros de alto sobre una base de 8 m2, representa a la Gloria (situada en los dos frentes contrapuestos del obelisco y personificada en una mujer que ofrece coronas de flores a los mártires) y a la Patria Española, junto con los marineros, y sus nombres esculpidos, caídos durante aquella desastrosa guerra para España. En la base del monumento se sitúan dos grupos escultóricos: en uno vemos a un marinero de pie con un fusil y en actitud desafiante defendiendo los otros tres cuerpos caídos: el de un oficial muerto sobre un cañón, y dos marineros. La escena se vuelve más intensa gracias a elementos representados como parte del casco del buque, anclas y cadenas.
En el otro grupo escultórico se pretende dar culto a la Patria que está representada por una mujer en actitud firme y que guía a los soldados señalando con el brazo izquierdo extendido, se encuentra rodeada de un marino que representa la disciplina y obediencia y de un oficial que personifica la conciencia del deber. Aquí tienes un video con imágenes originales de la época sobre la inauguración de este monumento. Por último, añadir que cerrando el lado oeste de la plaza se encuentran los edificios de la Autoridad Portuaria y el de la Aduana.
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