BENIDORM

UN RECORRIDO POR BENIDORM PRIMIGENIO


Comenzamos la visita por el casco antiguo partiendo desde la plaça de la Creu en dirección a la Alameda, una de las calles más importantes de la ciudad con sus 12 metros de ancho y 220 de largo, además se encuentra totalmente peatonizado como la mayoría del centro urbano, repleto de tiendas de todo tipo, bares, restaurantes y cafés. Tras atravesar la plaça de la Constitució ascendemos por la Carrer Major que llega hasta lo alto del peñasco.

Antes de llegar a la plaça de San Jaume nos detenemos en una de las calles con más personalidad del casco antigua, estamos hablando del Carreró dels Gats, callejón emblemático por contener todavía la esencia del antiguo origen marinero de Benidorm, al ser casi la única muestra del diseño urbano marinero de antaño.

En la plaça de San Jaume vemos la fachada de la iglesia de San Jaume y Santa Anna, que comentaremos después. Llegamos así a la popular plaça Castelar, entrando de lleno en la zona del antiguo castillo y lugar en el que se encuentra una gran ancla de hierro fundido, modelo Almirantazgo datado en el siglo XIX.

Se trata de una pieza cedida por el Museo Naval de Cartagena al municipio, el 17 de marzo de 2007 y más concretamente por la Armada justo cuando dicho cuerpo recibió de la medalla de oro de la ciudad. Benidorm agradecía así la decisión de la Armada de conceder la Cruz del Mérito Naval en el año 2000, a la veranada Virgen del Sufragio.

Durante los días 17 y 18 de marzo de 2007 tuvieron lugar los festejos en el que se celebra la entrega de dicha medalla. Se trató de un gran acontecimiento en el que se llegaron a reunir cerca de 2.300 personas para visitar las embarcaciones de la Armada que permanecían amarradas en la bahía. En total 2.000 invitados y 350 infantes de marina asistieron a la ceremonia de entrega de la medalla. En la placa situada junto al ancla se recuerda aquellos acontecimientos.

Más adelante se sitúan unos cañones que recuerdan el pasado militar y defensivo del peñasco en que nos encontramos en este momento. Los actuales cañones fueron adquiridos por el Ayuntamiento en la segunda mitad del siglo XX procedentes de Almería.

Pero se van a cambiar por otros del siglo XIX, en proceso de restauración, que originariamente se encontraban en el desaparecido castillo y que fueron recuperados del fondo del mar, ya que se cree fueron lanzados por los franceses cuando abandonaron la fortaleza tras su derrota en la Guerra de la Independencia, temerosos de que los victoriosos españoles pudieran usarlas contra ellos.

Y es que, en 1812, tras la invasión francesa, el castillo que se levantaba en este lugar, en la actual plaça del Castell en la punta del Canfali, fue destruido para siempre tras haber sido varias veces reconstruidas. La fortaleza había servido durante los siglos XV al XVI como defensa ante el ataque de los piratas argelinos y berberiscos.

Cerca se encuentra la plaça de la Senyoria en la que normalmente se montan puestos sobre diversos temas, como la artesanía. Pero lo que verdaderamente nos interesa de ella es el monumento a los Muertos en el Mar, dedicado a los marinos caídos en el Mediterráneo.

Es una obra de Juan de Ávalos (famoso escultor sobre todo por ser suyas las estatuas del Valle de los Caídos de Madrid) que comenzó a realizarla en el año 1963 e inaugurada en Mayo de 1965 ante la presencia del almirante Nieto Antúnez y representantes de Francia, Italia y Marruecos, países que fondearon en la bahía hasta ocho buques de guerra, incluida las de España.

Nos dirigimos ahora al passeig de Colon, para ello descendemos por una escalera. Una vez en la calle podemos ver de cerca el Puerto Deportivo y, algo más adelante, el Centre Cultural Maritim: su entrada es gratuita, abriendo sólo de lunes a viernes. En él se exponen maquetas navales, anclas, fotografías, nudos y todo lo relacionado con el mar y el glorioso pasado pesquero de Benidorm.

Tras callejear un rato desembocamos en el peatonal passeig de la Carretera, otra de las calles más populosas de la ciudad. A lo largo de su historia ha recibido numerosos nombres, como Almacenes en 1846, Barzanallana en 1867, Marqués de Comillas en 1869, etc... Su última denominación fue la de José Antonio Primo de Rivera desde el año 1939 hasta 1983, momento en que adoptó su nombre actual.

Es una calle comercial, importante para sus ciudadanos puesto que por aquí pasan las procesiones de Semana Santa y la de la Virgen del Sufragio y San Jaime. En la calle Tomás Ortuño y bastante escondida, encontramos la plaça Major. Se trata de una especie de centro comercial construido en los años 70 del siglo XX en el que abundan las tiendas de ropa, restaurantes y los bares. La decoración mediterránea predomina en este conseguido lugar.

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