ÁVILA

PLAZA DEL MERCADO CHICO Y ALREDEDORES


La plaza de la Victoria o como todos la conocen, del Mercado Chico, es el centro de la vida oficial de la ciudad desde hace ya muchos siglos puesto que aquí, según algunos estudiosos, se encontraba el antiguo foro romano. Pero la plaza como la conocemos hoy comenzó a formarse a finales del siglo XI, cuando el Concejo se reunían en la puerta de la iglesia de san Juan, también integrada en este espacio. Era aquí donde se realizaban los principales actos públicos, como los ajusticiamientos. En tiempos de los Reyes Católicos, hubo la necesidad de construir un consistorio donde realizar aquellas reuniones. Así, durante la Edad Media, la plaza estaría porticada mediante pilares de ladrillos y dinteles, los cuales fueron sustituidos por otros de piedra en el siglo XVI.

Posteriormente, la plaza entera se reformó durante el siglo XVIII para conseguir un mejor aspecto y un espacio regular con soportales. La configuración actual es del siglo XIX cuando, bajo planos de Antonio Cuervo, seguían las obras de reforma. Al norte se ubica el edificio del Ayuntamiento de Ávila, obra de Vázquez de Zúñiga, construido entre los años 1839 y 1845, después de finalizar aquellas obras de remodelación del entorno, aunque después volvería a ser ampliando y modificado entre los años 1862 y el 1868. Su fachada de granito tiene influencias isabelinas, destacando en su interior, más concretamente en el salón de actos, el cuadro de Santa Teresa.

En el lado contrario al Ayuntamiento, al sur de esta plaza, se levanta la iglesia de origen románico de San Juan, transformada en los siglos XV y XVI al haberse quedado pequeña y resultar inapropiado para hacer frente a las nuevas necesidades de la ciudad. En su interior vemos la pila bautismal donde fue bautizada el 4 de abril de 1515 Santa Teresa, además en la Capilla Mayor y en el crucero ya se pone de manifiesto una estética claramente renacentista-herreriana. En su atrio, como ya hemos comentado anteriormente, se reunía el Concejo abulense.

Si seguimos más al sur por la calle Sancho Dávila, llegamos a una de las construcciones más destacadas de la arquitectura civil abulense, el torreón de los Guzmanes, mandado levantar por la familia de los Mújica a principios del siglo XVI, sobre una construcción anterior. Destaca su torre renacentista con forma cuadrangular, de sillería y mampostería de granito, rematada con matacanes y atalayas, denotando su carácter defensivo.

En su interior destaca su patio porticado de doble galería, en el que se sitúa, en uno de los vanos de las puertas de la planta baja, una inscripción que recuerda que el rey Alfonso XII se hospedó en este palacio en 1878 durante su visita a la ciudad. A la planta superior se llega tras atravesar una puerta decorada de origen gótica y una escalera monumental de piedra, mientras que los sótanos albergan un espacio expositivo titulado “La Vetonia: Cultura y Naturaleza”. El edificio acoge actualmente la Diputación Provincial de Ávila. De nuevo en el exterior, junto al torreón, se ubica un monumento dedicado a San Juan de la Cruz.

Próximo se encuentra el palacio gótico de los Almarza o de Juan Vázquez Rengifo construido a principios del siglo XVI, acogiendo hoy en día el convento de la comunidad de las Siervas de María. A poquísimos metros, adosada a aquel, se sitúa el renacentista palacio de los Superunda o del Regidor Ochoa Aguirre, también construido en el siglo XVI por el regidor Pedro Ochoa Aguirre. Actualmente este palacio expone obras del pintor italiano Guido Caprotti, muy vinculado a la ciudad de Ávila desde 1916, hasta el punto de adquirir esta mansión, además de dos retratos de gran tamaño de Joaquín Sorolla, junto con inmobiliario del palacio, entre otros objetos.

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