Nada más llegar a la tercera planta, comenzamos nuestro recorrido por la sección de Oriente Próximo y Antigüedades Clásicas. Empezamos visitando la colección de Chipre y Oriente próximo: en la sala podemos ver diferentes vasijas y recipientes, presidido por el sarcófago de Arados realizado con mármol de la isla griega de Paros. Fue construido por un escultor griego o un local que conocía el estilo tradicional heleno. La obra está datada entre los años 480 y 450 a.C.
En una de las vitrinas se expone la estatuilla de alabastro de un hombre llamado Sukaymun, probablemente procedente de Timma en Yemen que por aquel entonces era un centro comercial del incienso en el sur de Arabia. La escultura, datada en el año 100 a.C., tiene el pelo y los ojos hechos de concha.
En un lado se exponen dos relieves provenientes del palacio de Ashurnasirpal II. También vemos hallazgos de la antigua ciudad de Hama, una de las más importantes de Siria occidental. Estaba situada en el río Orontes, en plena ruta que conectaba el Mediterráneo con Mesopotamia. Entre 1931 a 1938 una expedición danesa, bajo la dirección de Harald Ingholt, excavó el montículo de la ciudad de Hama. Actualmente éste se eleva a 45 metros sobre el terreno circundante, teniendo una extensión de 400 por 300 metros.
Las excavaciones demostraron que la ciudad había estado habitada continuamente desde que los agricultores del Neolítico se asentaron aquí allá por el año 6000 a.C., hasta que los mongoles la destruyeron en el año 1401 d.C. Todos los períodos históricos pueden ser seguidos por los diferentes niveles arqueológicos, utilizados como referencia en el resto de excavaciones de Siria. La puerta de entrada a la ciudadela de Hama estaba custodiada por leones gigantes que simbolizan el poder real. Esa portada daría paso a un patio abierto donde se encontraban otros dos impresionantes leones, cuyos restos vemos en la exposición, situados delante de un edificio que pudo haber contenido la sala del trono.
Mesopotamia está, por tanto, muy bien representada en esta sección expositiva del museo. Entre las planicies aluviales de los ríos Éufrates y Tigris se extendía la civilización Sumeria. Veremos diferentes tipos de armas, un casco, un panel en relieve, objetos religiosos, cerámica persa, piezas de metal, etc... La pequeña estancia final está dedicada a la ciudad de Hama en época romana y musulmana.
Volvemos sobre nuestros pasos y nos disponemos a visitar ahora el otro lado de la exposición de oriente próximo y antigüedades. Nos da la bienvenida tres figuras femeninas desnudas de mármol datadas entre el 2700-2300 a.C., provenientes de la isla cíclada de Amorgos.
Más adelante en el expositor situado en la pequeña estancia 302, se exponen diferentes piezas que muestran la vida de los antiguos egipcios desde que nacen hasta que mueren. Vemos varias pequeñas esculturas, estelas funerarias y una falsa puerta de una tumba. Si giramos hacia la derecha nos metemos de lleno en la parte dedicada al antiguo Egipto.
En una sala amplia se exponen todos los objetos relacionados con la muerte en Egipto. Destacan las momias y sarcófagos provenientes de los templos de Deir el-Bahri en Luxor y datados entre los años 700 y 600 a.C. Especial interés tienen las barcas votivas, destacando la procedente de la tumba de Nakht-Kau y datada entre los años 2140 y 2040 a.C. En el expositor central tenemos la oportunidad de ver por dentro uno de estos sarcófagos.
En un lateral se encuentra la momia de la sacerdotisa Di-Mut-shep-n-ankh que tenía 35 años de edad cuando falleció. Fue envuelta en 15 prendas que fueron reutilizadas como vendas para momias. Tres de esas prendas se exhiben justo en el expositor de la derecha. La momia tenía el llamado cartonaje de lino pintado con los dioses del sol que envuelven con sus alas a la mujer. El ataúd de madera pertenecía al sacerdote de Amón Ankh-f-n-Hhonsu del 650 a.C.
Más allá vemos un fragmento del Libro de los Muertos que perteneció a Ta-ker-heb. En él vemos representados algunos pasajes necesarios para que el difunto llegue al reino de Osiris. Al frente está el trono de Osiris, Horus y Anubis que confirman que el corazón de Ta-ker-heb es ligero como una pluma, símbolo del orden cósmico. El dios de la escritura, Thot, transcribe el resultado y finalmente el fallecido Ta-ker-heb puede entrar en el reino de los difuntos.
Dejamos esta estancia y nos dirigimos a la sección de los primeros griegos donde se exponen figuras de las islas Cícladas, espadas, cerámicas, hachas, etc... Más allá se exponen entre otras piezas como vasijas áticas con figuras rojas. De esos primeros asentamientos comenzaron a surgir las primeras ciudades de ese periodo. Se exponen cerámicas datados desde el año 700 al 600 a.C.
La siguiente sala está dedicada a los objetos pertenecientes a diferentes santuarios, y más concretamente al santuario de Atenea en la antigua Lindos en Rodas, excavado por arqueólogos daneses entre 1902-14. Los fieles intentaban conseguir el favor de la diosa haciéndole regalos, los más comunes eran figurillas de terracotas, pero también las había en bronce o mármol. Los hallazgos en Chipre, Siria y Egipto reflejan la importancia estratégica de Rodas en la ruta marítima entre Oriente y Occidente.
La religión desempeño un importante papel en la vida de las ciudades-estado. La gente consultó a sus grandes dioses en templos construido en su honor, representándolos en edificios, esculturas y cerámicas. En esta parte de la exposición vemos buenos ejemplos de ello y diferentes vasijas con figuras negras. Los ciudadanos elegidos para ocupar un cargo público tenían el deber de organizar las procesiones, hacer las ofrendas y participar en las ceremonias en las fiestas religiosas.
El mundo vinícola también era muy importante para las civilizaciones antiguas, ya que era un elemento esencial a la hora de organizar fiestas y reuniones donde se hablaba de cualquier tema. En la sala vemos algunos interesantes ejemplos de cerámica de figuras negras relacionadas siempre con el vino. Incluso podemos leer un simposio con Sócrates en el que nos daremos cuenta que el dios Baco y el vino son partes inherentes de la cultura clásica.
La producción de cerámica era, a veces, un trabajo que compartían los alfareros y pintores cuyo único fin era crear una verdadera obra de arte. La vasija se traduce casi como el único testigo de la personalidad del artista. Algunos firmaron sus obras y otros han tenido que ser atribuidos por los arqueólogos. Destacan artistas como Amasis, Nicosthenes, Epiktetus y Oltos.
La cerámica se hizo en grandes cantidades y en muchos lugares. Los artesanos se movían entre ciudades pequeñas a medida que iban completando el trabajo. En las ciudades más grandes como Corinto y Atenas, los talleres estaban situados uno al lado de otro en lugares especiales. Como hemos dicho anteriormente, los alfareros y pintores trabajaron codo con codo, de cuya colaboración viene la mayor parte de la cerámica con figuras negras y rojas que se encuentran en el Mediterráneo.
Los griegos llegaron a Italia en el siglo VIII a.C., donde fundaron colonias en el sur de la península itálica y en Sicilia. En el periodo que va entre el 440 y el 300 a.C. la producción de cerámica estaba en su mayor apogeo. Dominaban las formas monumentales y la decoración lujosa, con escenas de teatro, escenas de la vida de los dioses y la tierra de los muertos.
Tarquinia, Cerveteri y Vulci fueron algunas de las principales ciudades etruscas, cada una con su arte diferenciado: en Tarquinia las tumbas estaban decoradas con coloridas pinturas, Cerveteri tenía una gran producción de cerámica y escultura de terracota y en Vulci floreció la industria del bronce. Los artesanos griegos se establecieron en algunas de esas ciudades donde compartieron sus habilidades con los artesanos locales, quienes crearon un arte lleno de fantasía y a veces lleno de misterio. Buen ejemplo de ello son las urnas funerarias etruscas que vemos aquí.
Seguimos la visita y en la sección titulada “de Alejandro a Augusto” se exponen diferentes bustos, destacando una cabeza de mármol de Rodas datada en el 300 a.C., probablemente se trate de una escultura de Alejandro Magno. Más al fondo también vemos la estatua de una mujer, probablemente sea Plotina, esposa del emperador Trajano. Estamos ya en la sección de la antigua Roma.
En cuanto al hogar, los romanos ricos vivían en espaciosas casas, mientras que la gente común lo hacía agolpada en grandes vecindarios con talleres y tiendas en la planta baja y cuartos de estar en los pisos superiores. Todo el mundo usaba grandes cantidades de cerámica en la casa como jarras de almacenamiento y gruesas vasijas. En el hogar de los ricos los platos eran de bronce y la vajilla era de cristal y plata. Las ofrendas a los antepasados y a los dioses de la casa, los Lares, se realizaban en el altar doméstico.
El Imperio Romano alcanzó su extensión más amplia bajo el gobierno del emperador Trajano, 96-117 a. D. De esta manera las fronteras del Imperio se extendían desde el océano Atlántico en el oeste hasta el Éufrates en el este y desde el Rin y el Danubio en el norte hasta el Sáhara en el sur. Al principio Roma era el centro indiscutible del Imperio, pero gradualmente el centro político y económico fue cambiando a otras provincias. El arte y cultura romana asimilaban las costumbres locales, con lo que un campamento militar en el norte de Inglaterra poco tenía en común con un centro cosmopolita como Cartago.
Copyright© 2018 ESTurismo.