El Valle de los Héroes (Долина Хероја), situado en pleno corazón del Parque Nacional de Sutjeska, está compuesto por diferentes monumentos repartidos en un radio de unos diez kilómetros alrededor del monumento principal, abarcando un área de setenta hectáreas y media. Se tratan de edificios conmemorativos de la batalla del Sutjeska, que señalan los lugares clave durante aquellos combates, cuyo resultado final fue la victoria de los partisanos frente a las tropas del Eje.
Aquella batalla, que tuvo lugar entre el 15 de mayo y el 16 de junio de 1943, enfrentó a unos 22.000 partisanos del general Tito contra unos 127.000 soldados y 300 aviones formados por algunos países que formaban las fuerzas del Eje, en este caso Alemania, Italia, Croacia y Bulgaria. Esta operación, denominada por los nazis como Fall Schwarz («caja negra» en alemán) y Quinta ofensiva por parte del lado yugoslavo, estuvo comandad por Hitler quien tenía como objetivo rodear y eliminar la resistencia comunista. En los enfrentamientos murieron unos 7.000 partisanos, frente a los 1.700 de los ocupantes.
A los partisanos caídos en aquella batalla está dedicado este valle, en concreto en este gran complejo, el más grande de la antigua Yugoslavia, se instalaron setenta y nueve pequeños monumentos conmemorativo en diferentes partes del parque, los primeros de los cuales se colocaron en el año 1958, finalizándose el complejo en 1987. Entre los memoriales encontramos el situado a 1300 metros de altitud que está dedicado a Nurija Pozderac y que señala el lugar donde el que fuera la mano derecha del general Tito cayó muerto en combate, o el monumento localizado en una meseta a 1400 metros de altitud que está dedicado a la Tercera Brigada Dálmata.
El monumento principal, que constituye una de las obras más representativo de la época socialista yugoslava, se encuentra rodeado de un entorno verde muy bonito, donde se sitúan montañas que superan los 1200 metros de altitud. Y es que el parque por sí mismo ya merece una visita, de hecho, en su parte sur, abarcando unas 1.434 hectáreas y con unos 20.000 años de antigüedad, se encuentra el pequeño bosque de Perućica (Перућица), uno de los dos últimos bosques primarios de Europa, cuyo acceso está restringido desde 1952, pudiéndose visitar sólo en compañía de los guardias forestales del parque.
Centrémonos en el monumento principal y el más impresionante de todos los habidos en el Valle de los Héroes: Tjentište Spomenik o monumento de Tjentište que, como hemos señalado anteriormente, constituye uno de los monumentos más representativos de la antigua Yugoslavia socialista. Se construyó entre 1969 y 1971 según diseño del escultor Miodrag Živković, quien fuera profesor de la Facultad de Artes Aplicadas de Belgrado.
Esta obra se sitúa encima de una pequeña colina, unida con la carretea principal (donde se encuentran los comercios hosteleros y restauración, además del estacionamiento) mediante dos caminos empedrados que conducen a dos largas escaleras semicirculares situados a los lados del terraplén que vencen el desnivel, que en conjunto y a simple vista parece que forman la silueta de un violín gigante.
Tras llegar a la cima nos recibe un osario a modo de gran altar construido en 1958, a cuyos pies se encuentra una placa en la que reza “3.301 luchadores de Sutjeska descansan aquí”, haciendo referencia a los restos de los soldados enterrados.
Enseguida se abre ante nosotros este impresionante monumento de 19 metros de altura por 25 de ancho, realizado con hormigón armado. Está compuesto por dos grandes alas extendidas con contornos angulares que simbolizan el avance de los combatientes que consiguieron romper el cerco pasando entre las líneas enemigas, pero también simboliza la victoria de éstos sobre el enemigo, evocación que proviene de la Victoria, representada tradicionalmente en la antigua Grecia mediante la figura de una mujer alada. Las formas irregulares de la superficie de las alas representan a los partisanos que, gracias a su sacrificio, hicieron posible ese avance. Es de destacar que algunas de esas formas, situadas en la zona interna de ambas alas, según las sombras que produzcan, toman apariencias de rostros antropomórficos.
A pesar de estar construido en hormigón, estas dos fuertes alas dan la impresión de ligereza frente al viento y no es casual, puesto que su creador, el escultor Miodrag Živković, pretendió simbolizar con ello la crueldad de la naturaleza en la que se desarrolló aquella sangrienta batalla y que tuvo lugar en terrenos inaccesibles, cañones, cumbres montañosas, etc.…
Durante la Guerra de Bosnia de finales de los noventa del siglo XX, el monumento fue objetivo de los ataques de los soldados bosnioserbios, debido su simbología y a que fue un importante lugar de celebraciones hasta el año 1991 (actualmente cada año, gracias a un programa cultural, multitud de ciudadanos se reúnen en este lugar para rendir homenaje a los caídos), pero afortunadamente, gracias a su solidez, resistió muy bien las explosiones de los ataques. En el año 2017 fue restaurado completamente y, tanto este monumento como el resto del Valle de los Héroes, están bajo protección del Estado.
Detrás del gran monumento, y tras avanzar por un camino enlosado, se abre un anfiteatro en cuyas gradas se encuentran grabados los nombres de las diferentes brigadas de los ex yugoslavos que lucharon en la batalla de Sutjeska: Cuartel General Supremo, Tercera Brigada Dálmata, Tercera Brigada Krajina, Octava Brigada Banija, Primera Brigada Majevička, Décima Brigada de Herzegovina, etc…
A unos 200 metros al sur del monumento principal, a los pies de su colina, se sitúa la Casa Memorial de la batalla de Sutjeska (Санирана спомен-кућа битке на Сутјесци) construida en 1971 y concluida cuatro años después, en 1975. Este sorprendente edificio piramidal de hormigón armado es obra del arquitecto Ranko Radović. Las paredes de su interior cuentan con grandes frescos en los que el pintor Krsto Hegedušić representó las diferentes fases de la batalla.
La Casa Memorial sufrió grandes daños durante la Guerra de Bosnia. En 2009 fue declarado bien cultural de excepcional importancia para la República Srpska, siendo finalmente restaurada por completo bajo los auspicios de la Unesco en el año 2011. En el momento de nuestra visita estuvo cerrada ya que, por desgracia, los frescos interiores han sido objeto de actos vandálicos y han sido dañados, por lo que las autoridades están buscando nuevamente financiación para restaurarlos y poder volver abrirla al público.
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