Esta catedral fue construida entre los siglos XIII y XV en estilo gótico. Es uno de los edificios de Brujas que han sobrevivido sin sufrir grandes daños al avance de los siglos, sin embargo, este templo ha sufrido cambios y renovaciones a lo largo de los años.
Su función primigenia no era la de ser catedral sino la de una iglesia parroquial común desde el siglo X, desempeñando tal función hasta principios del siglo XIX cuando la Sint-Donaaskathedraal, ubicada en el mismo corazón de la ciudad frente al ayuntamiento, fue destruida después de la ocupación francesa en 1799.
Esa catedral desaparecida, antes de su desaparición, sufrió un incendio en 1116, por lo que se levantó otro templo en estilo romántico aún más grande, el cual fue el que los franceses borraron del mapa. Por eso, la antes iglesia, una vez nombrada como nueva catedral en el año 1834, al ser más pequeña y menos impresionante que la cercana iglesia de Onze-Lieve-Vrouwekerk o Nuestra Señora, tuvo que adaptarse a su nueva situación y se construyó la torre más alta, para que no quedara eclipsada por la torre de la iglesia de Nuestra Señora.
Pero esta nueva catedral también vivió momentos de desgracias, como cuando un incendio derrumbó el techo en 1839, el cual fue reconstruido por Robert Chantrell, un arquitecto inglés famoso por sus restauraciones neogóticas de iglesias inglesas, al mismo tiempo que se le encargó hacer la torre más alta. Esta torre aun conserva una parte antigua que data del siglo XII y que forma parte de su base.
Chantrell eligió un diseño románico muy personal, tanto que incluso después de su finalización, hubo algunas críticas por ser demasiado plana, por lo que la Koninklijke Commissie voor Monumenten decidió, unilateralmente, colocar un remate en su parte superior en el siglo XIX. Finalmente, la torre, que presenta un aspecto de fortaleza, tiene una altura de noventa y nueve metros.
El interior del templo, de ciento un metro de largo, guarda gran cantidad de obras de arte provenientes de su predecesor demolido, como los tapices de Bruselas fabricadas por Jasper van der Borcht de 1731, la sillería gótica original del siglo XVI que adorna el coro, una urna relicario de plata del siglo XVII, varios tapices de entre los siglos XVII y XVIII expuestos en el transepto, una urna relicario, situada en el altar, de 1883, unas pinturas de la Resurrección de Cristo que presiden el altar, un órgano construido entre 1717 y 1719 por Jacobus Van Eynde, etc…
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