El Luitpoldhain es en la actualidad un parque con una superficie de 133,9 hectáreas que perteneció a los terrenos de concentraciones del partido Nazi. Fue aquí donde se celebró el congreso de 1927 por primera vez en la ciudad de Núremberg. La zona se llama así en honor del príncipe regente Luitpold de Baviera (1886-1912). En 1906 acogió la Exposición Estatal de Baviera que lo remodeló totalmente, siendo anteriormente un territorio de matorrales e industrias.
En 1912 se quedó en el lugar parte de la infraestructura de la exposición, además de un zoológico con más de 800 animales que, en 1939, se trasladó de a su ubicación actual en Schmausenbuck. Posteriormente los nazis tuvieron su segunda concentración en esta ciudad en el 1929, año en que incorporaron en su puesta en escena el culto a los caídos en la guerra (y a los Mártires del Movimiento Nacionalsocialista del Putsch de Múnich) aprovechando el Ehrenhalle que por aquél entonces se encontraba inconcluso.
En cuanto a ese homenaje Hitler organizó un solemne culto pseudo-religiosa en memoria a los caídos. Ese ritual tenía la intención de comprometer a los soldados del partido para sacrificar sus vidas por el Führer y por la defensa del Nacionalsocialismo. Después de 1945, el Ehrenhalle volvió a ser un monumento a la memoria de los soldados caídos de la primera y la segunda guerra mundial.
El Ehrenhalle se comenzó a construir en el año 1928, durante la república de Weimar, para conmemorar a los nueve mil ochocientos cincuenta y cinco soldados nacidos en Núremberg y muertos durante la I Guerra Mundial. Aunque oficialmente fue inaugurado en 1930 por el alcalde Hermann Luppe. Fue diseñado por Fritz Mayer quien le dio un aspecto porticado frente a la cual se extiende un patio rectangular con hileras de pilares con cuencos de fuego a ambos lados.
El texto que acoge en su interior y modificado para honrar también a los caídos en la II Guerra Mundial dice lo siguiente: "A las víctimas de las guerras de 1914 a 1918 y de 1939 a 1945 y por la tiranía de 1933 a 1945. Ciudad de Núremberg".
Justo detrás del Ehrenhalle se encuentra el Fliegerdenkmal, levantado en 1924 según planos de Walter Franke, para conmemorar a los pilotos caídos en la I Guerra Mundial. La forma del monumento recuerda mucho a la de un avión estrellándose de cabeza. En la base podemos leer “Para advertir a los vivos”, mientras que a ambos lado podemos ver las fechas en que tuvieron lugar las dos guerras mundiales. A continuación, en la columna, podemos ver el grabado de un casco de combate de la Luftwaffe. En el centro se encuentra escrito “nuestro camaradas caen, Núremberg Furth”. Seguidamente la imagen de un águila (a la que se le ha eliminado la esvástica que sostenía en sus garras) con una corana que le envuelve.
Finalmente el monumento está coronado por una gran águila con las alas abiertas, emblema nacional de Alemania. Originariamente este monumento se encontraba en la Dutzendteichstraße, pero fue trasladada hasta aquí por la apertura del nuevo aeropuerto. Durante la II Guerra Mundial el Fliegerdenkmal sufrió graves daños, por lo que una vez restaurada se re-erigió en 1958 como monumento conmemorativo de los pilotos caídos de las dos grandes guerras mundiales.
Después de ser fijada Núremberg como la ciudad de los congresos nazi en 1933, se celebró en el Luitpoldhain la concentración llamada Reichsparteitag des Sieges o Congreso de la Victoria, mientras que en el campo Zeppelin se colocaban ya los primeros entramados de madera para la construcción de una nueva zona de celebraciones multitudinarias. Posteriormente, en 1933, todo el parque que conformaba el Luitpoldhain fue remodelado para ser el escenario de las reuniones del Partido, convirtiéndolo en la Luitpoldarena, para ello se demolieron y se aprovecharon edificaciones ya existentes.
Por ejemplo se aprovechó la antigua sala de máquinas que la empresa MAN tenía en la Exposición de Baviera, para remodelarla y convertirla en el Luitpoldhalle, un edificio que acogería las convenciones del partido. Poseía una fachada neoclásica monumental de piedra caliza con tres enormes portadas de entrada.
Fue en este edificio, durante el congreso de 1935, en que las racistas y antisemitas Leyes de Núremberg vieron la luz por primera vez. Durante los bombardeos de principios de 1945 la estructura fue dañada severamente, siendo, años más tarde, demolido para acoger un aparcamiento. En la actualidad sólo han quedado los restos de las escaleras principales de granito de ese edificio.
Al otro lado del campo, justo en frente al Ehrenhalle, al hilo de las reformas acometidas por los nazis, se construyó una tribuna con un púlpito para Hitler en cuyos extremos norte y sur se levantaban dos torres con un águila. A su vez, la tribuna se encontraba unida con el Ehrenhalle por una amplia avenida de 250 metros de largo y 20 de ancho. En ese conjunto tuvieron lugar los desfiles de la SA y de la SS con un máximo de 150.000 personas durante las reuniones. La reliquia central en estos actos fue la bandera de la sangre (Hitler consagró una bandera con los caídos durante el Putsch de Múnich).
Después de la II Guerra Mundial el Luitpoldarena volvió a convertirse en un parque, demoliéndose todas las edificaciones de la época nazi. A pesar de ello aún se pueden ver el semicírculo de las terrazas que conformaban los puestos de honor. En la actualidad el lugar acoge festivales de música, como el Klassik Open Air, y es el sitio donde los ciudadanos practican diferentes deportes como el rugby.
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