Estamos ante una de las calles más antiguas de la ciudad, no en vano está datada en el siglo XIV. Jugó un importante papel en la historia de Düsseldorf, pues desde su creación ha sido el lugar de reunión de diferentes instituciones, como el primer hospital de la ciudad que se encontraba cerca de St. Lambertus, o el Ayuntamiento que estuvo aquí entre los años 1470 y 1544, además de ser el lugar donde se construyeron monasterios e iglesias. Y todo ello debido a que formaba parte de la importante ruta comercial que unía el Rin con Ratingen, de ahí su nombre.
Sus 300 metros de longitud alberga en la actualidad numerosos bares y pubs, convirtiéndose, junto con la Bolkerstraße, en uno de los lugares de entretenimiento más popular de la ciudad. Como curiosidad en el dialecto local es llamada De Retematäng, mientras que otras personas la llaman simplemente Die Ratinger.
Comenzamos nuestro recorrido desde la Emilie-Schneider-Platz e iremos ascendiendo por Altestadt, calle que se encuentra unida por un extremo con la Ratinger Strasse. Así pues lo primero que vemos es la Josephskapelle, capilla barroca construida entre 1712 y 1716 como parte del monasterio de las Carmelitas. Posee planta de cruz griega y fue diseñada por Matteo Alberti.
En 1943 la capilla fue completamente destruida durante los acontecimientos de la II Guerra Mundial. Años más tarde, en la década de 1950, se reconstruyó, si bien fue en la década de 1970 cuando se le dio su aspecto original. Los interiores fueron restaurados ente los años 1989 y 1996, tras lo cual sus paredes y bóvedas vuelven a lucir bonitos murales.
Casi enfrente está el edificio más emblemático de Düsseldorf, la también gótica basilika St. Lambertus: se construyó entre los siglos XIII y XIV con piedra y ladrillo rojo. La iglesia está consagrada a San Lamberto, asesinado en Lieja en el año 705 por sus creencias religiosas y cuyas reliquias se conservan en un cofre que se encuentra en el interior del edificio. En su exterior destacamos una puerta realizada en bronce por Matare en 1960 y una torre levemente inclinada a un lado de 72 metros de alto con una forma muy rizada, a consecuencia de la madera fresca que se usó en su reconstrucción en 1815, ésta al secarse se retorció adoptando una forma de hélice.
Sobre esto existe una leyenda que dice que la torre volverá a enderezarse el día en que una doncella virgen nacida en Düsseldorf dé el “sí, quiero” a su prometido ante el altar de la iglesia. Se la da circunstancia de que la torre todavía no se ha enderezado, manteniendo el mismo aspecto más de 200 años, una manera divertida de dejar patente el gran sentido del humor de los alemanes de esta parte del país.
En la parte noroeste podemos ver el Kalvarienberg, grupo escultórico realizado en 1887, en estilo gótico con influencias italianas, por Anton Josef Reiss y en el que se representa la crucifixión. Esta obra consta de cinco figuras compuestas por tres cruces en el que están Cristo y los dos ladrones, y las imágenes centrales de María y San Juan al pie de la cruz principal. Anterior a estas esculturas había una escena similar pero compuesta por un grupo de 7 figuras, los mismos personajes que los actuales más Longino y un magistrado romano.
En esta zona, en la Stiftsplatz, podemos ver la Fischerjungen-Brunnen, fuente en el que un chico mantiene en una mano un pez y en la otra una red, recordando de esta manera que el pescado fue uno de los principales productos que se vendía en el mercado. Es una obra del escultor alemán Willi Hoselmann e inaugurada en agosto de 1938 con motivo del 650 aniversario de la creación de la ciudad de Düsseldorf (como así reza en la inscripción que posee). Entre 1948 y 1954 fue reconstruida después de sufrir los estragos de la guerra.
Volvemos a la basilika St. Lambertus, para visitar su interior, el cual es de tipo salón dividido en tres naves. Lo primero que llama la atención es el púlpito barroco y al fondo el Altar Mayor del año 1698, flaqueado por las esculturas de los santos Lamberto, Apolinario, Tomás y Pancracio. En él se conserva un cofre relicario del Santo Apolinario, patrón de la ciudad desde el año 1394. Fue renovado, junto con el púlpito, confesionarios y los cuatro altares laterales, entre los años 1691 y 1698 después de haber sufrido los efectos de las tormentas del año 1606 y la explosión en 1634 de una torre de la pólvora cercana.
En el deambulatorio podemos ver diferentes monumentos funerarios de los duques de Berg, entre los que destaca, en el centro de la girola, el sarcófago de Guillermo V en estilo manierista del escultor Gerhard Scheben y considerada una de las obras renacentistas más importantes en Düsseldorf. Se realizó entre los años 1596 y 1599 utilizando para ello mármol negro y alabastro. Otros mientras de la familia de Berg descansan en la cripta o Fürstengruft de la iglesia.
En la girola podemos ver los cuatro altares dedicados a cuatro gremios de la ciudad, el primero de ellos es el Altar del gremio de los Carpinteros en el que vemos un santuario gótico realizado con madera en el siglo XV; el segundo es el de los Panaderos y Cerveceros en el que se muestra una imagen de la Virgen de los Dolores; los siguientes son el Altar de los Orfebres (con la venerada imagen de la Virgen Milagrosa) y el Altar del gremio de los Sastres.
A la izquierda del coro, el cual está datado en el siglo XV y cuya sillería recuerda al monasterio canónico, se encuentra la tumba de la condesa Margarita de Berg de 1388 y un sagrario o tabernáculo gótico o Sakramentshaus de 1479, una de las piezas más valiosas de la iglesia. Está datado entre los años 1475 y 1478 y fue donado por el duque Guillermo y su esposa Elisabeth. Está decorado con gran cantidad de figuritas y diferentes ornamentos, convirtiéndola, sin duda, en una de las más interesantes obras del gótico tardío en la región. Cerca se encuentra una pila bautismal del siglo XV, si bien la cubierta de bronce es de fecha más reciente, de 1977.
Al lado de la entrada de la sacristía se conservan restos de la pintura original con que contaba la iglesia, mientras que en el muro norte hay dos trípticos de la Cofradía del Rosario de los años 1528 y 1679. Enfrente del púlpito encontramos una escultura de San Cristóbal del siglo XVI, y en el lado occidental una Piedad realizada en el siglo XV por K.M. Winter.
Finalizada la visita a la iglesia, volvemos a ascender por la calle entrando ya de lleno en la Ratinger Straße, que comienza con la Kreuzherrenkirche o iglesia de los Caballeros de la Cruz, construida en el siglo XV encima de una capilla anterior del siglo X, cuando el edificio pasó a manos de esta orden religiosa.
Entre el año 1661 y 1665 fue renovado añadiéndole una nueva capilla, la de Nuestra Señora, que ocupaba parte de la Ratinger Straße. En el año 1811 esa capilla fue desmantelada para poder ensanchar la calle. Antes, en el 1803, la iglesia y el monasterio adjunto fueron secularizados y derogados. En 1812 la iglesia se utilizó para diversos fines, como la de ser un establo de caballos o depósito de municiones. En aquél período se despojó al templo de sus obras de arte, como un púlpito barroco que ahora se encuentra en la Sankt Johannes Baptist.
En el año 1900 ya había planes para darle un uso eclesiástico al edificio pero nunca se llevaron a cabo. Después, en la postguerra, en 1957 se convirtió en la oficina recaudadora de impuestos. Finalmente, un año después, en el 1958, la iglesia fue devuelta al arzobispado de Colonia. De 1960 a 1968 se eliminaron los añadidos internos del siglo XIX, las ventanas fueron reconstruidas en sus formas originales, se restauraron algunos restos de frescos góticos, etc...
Seguimos paseando por esta calle hasta que nos topamos, en el número 28, con otra de las cervecerías históricas de Dusseldorf, la Brauerei im Füchschen (Pequeño Zorro), cuyos orígenes se remontan al año 1640. Probablemente desde aquellos días elabora su cerveza oscura que se vende en el restaurante contiguo. Durante la II Guerra Mundial fue destruida por los bombardeos, volviendo a abrir sus puertas en 1950, momento en que se modernizó e introdujo un amplio programa de eventos, sobre todo durante las fiestas del carnaval.
En Ratinger Straße todavía hay una serie de viviendas con el nombre original con que eran conocidas siglos atrás, como en el número 1 el llamado Waldecksche Hof del siglo XVIII; en el número 6 se encontraba el primer Ayuntamiento de la ciudad; el número 16 es conocido como Los Halcones, por su decoración interior basado en aves; el 18 es el Zum goldenen Einhorn o Unicornio de oro, etc... En el número 15 vemos la fachada del Palais Spinrath, construido por el arquitecto veneciano Matteo Alberti para albergar un monasterio que, posteriormente, fue reconstruido por el arquitecto alemán Adolph von Vagedes a principios del siglo XIX en estilo clásico, quien lo reconvirtió en casas.
En este punto nos desdoblamos por la Mühlengasse para visitar la mundialmente conocida Düsseldorfer Kunstakademie o Academia de Bellas Artes de la ciudad. De ella han surgido artistas famosos como Joseph Beuys, Gerhard Richter, Wolf Vostell, Thomas Demand y Andreas Gursky. El centro se fundó en el año 1762 como una escuela de dibujo, más tarde, en 1773 se convirtió en la Academia de Pintura, Escultura y Arquitectura del Conde del Palatinado. Durante las Guerras Napoleónicas se trasladaron las colecciones de arte que albergaba del Conde a Múnich. En 1819 se transformaría en la Academia Real de Bellas Artes.
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