El origen de esta calle hay que buscarlo en el año 1679 cuando un edicto mandó trasladar los graneros a este lugar para evitar que éstos pudieran ser posibles focos de incendios ya que se comenzó a iluminar la ciudad con antorchas. En el siglo XIX y comienzos del XX esta calle congregaba a la población judía de Berlín, es por ello que encontramos un gran número de memoriales dedicados a los que habitaron en esta calle y murieron a manos de los nazis, también es una zona donde abundan los cafés y restaurantes y lugar para los viajeros que gustan vivir la noche.
Si comenzamos la visita a esta zona entre Oranienburger Strasse y Rosenthaler Straße, lo primero que encontramos es la Hackesche Höfe, conjunto de 8 patios interconectados entre sí. El complejo fue diseñado en estilo Jugendstil, creado por August Endel, en el año 1907 siguiendo un patrón de separación clara entre las zonas de residencias y las zonas de ocio como restaurantes, cabarets y centros culturales judíos, característica de los años 20 del siglo XX.
Seguidamente en una calle lateral podemos ver una estela en la que se hace un homenaje a los judíos berlineses que fueron deportados a campos de concentraciones como Auschwitz. La comunidad judía coloca piedras en las tumbas de sus muertos porque ellos consideran que las piedras están asociadas espiritualmente con la presencia de cada persona, por lo tanto orar mientras tenemos una piedra en la mano y posteriormente colocarla sobre la tumba es como dejar parte de nosotros mismos ahí, por tanto es un símbolo de acompañamiento y de respeto. Las tres frases finales de esta estela son muy representativas: "Nunca se olvida, Prohibida la guerra, Protege la Paz".
El edificio más conocido y representativo de la Oranienburger Straße es la Neue Synagoge o Nueva Sinagoga. Se construyó entre los años 1859 y 1866 según proyecto de Eduard Knoblehaus que le dio un estilo morisco-bizantino, dotándola de una impresionante cúpula. Esta sinagoga, la mayor de Berlín con capacidad para 3000 personas, fue inaugurada por Bismarck. Como curiosidad en su interior Albert Einstein ofreció un concierto de violín el 29 enero de 1930 para la comunidad judía.
Después llegaría el período nazi y sobre todo la fatídica y famosa Kristallnacht o Noche de los Cristales Rotos en 1938, en que la sinagoga sólo tuvo daños leves, si bien, en 1943 quedó seriamente dañada por los bombarderos aliados. Finalmente las ruinas del edificio fueron demolidas por las autoridades de la RDA. Su reconstrucción se comenzó en el 1988 y se concluyó en el 1995, año en que fue reabierto como el Centrum Judaicum, un museo dedicado a la vida de los judíos berlineses y a la propia sinagoga. Cuando ESturismo.eu visitó el edificio pudimos comprobar que todavía hoy la comunidad judía tiene miedo y las medidas de seguridad son muy fuertes.
Casi al final de la calle y en dirección a Friedrichstraße encontramos la Kunsthaus Tacheles o Casa de Arte Tacheles (en yiddish significa "hablar claro") construido entre los años 1907 y 1908. Se trata de un centro de arte con una extensión de nueve mil metros cuadrados que cuenta con café, cine, talleres, etc. Llama muchísimo la atención por poseer un exterior bastante destartalado con grafitis y un interior pintado y cuidado con esculturas de arte moderno. Originariamente este edificio fue una tienda judía dividida por departamentos, posteriormente en la era nazi se convirtió en una prisión que sería parcialmente demolida para ser actualmente, como decimos, es un edificio tomado por los artistas que viven bajo la amenaza del desalojo.
En esta calle (y en muchísimas calles y lugares de Berlín) encontramos Stolpersteine o Piedras de Tropiezo, obra del artista Gunter Demnig. Son pequeñas placas de bronce incrustadas en las aceras en las que se graban el nombre de la víctima a manos de los nazis que vivió o incluso trabajó en el lugar donde se encuentra la Stolpersteine. En ellas podemos leer el nombre, año de nacimiento, el campo de concentración donde se le envió y el año en que ocurrió. Pero no sólo en Alemania nos encontramos estas sencillas placas memoriales, hay más de 20.000 Stolpersteine en varios países de Europa.
La Oranienburger Straße está cerrada por este lado por la Friedrichstraße, la calle más larga del centro de Berlín con sus 3 kilómetros de longitud. Esta calle fue inaugurada a principios del siglo XVIII como centro principal del distrito de Friedrichstadt y en tiempos de Guillermo II poseía multitud de tiendas y hoteles de lujo. Después en 1961, con el Muro de Berlín, quedó dividida y su estación de S-Bahn fue apodada "la casa de las Lágrimas" por la dificultad de cruzar de un lado a otro.
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