Esta iglesia católica, la más grande del Reino Unido, se construyó entre los años 1895 y 1903 en estilo neobizantino diseñado por Bentley, sobre el terreno donde antaño se celebraba un mercado, después sería un jardín y más tarde en el siglo XVII una prisión que será demolido cuando los terrenos fueran adquiridos por la Iglesia Católica en el año 1884.
El templo ha sido visitando, entre otros personajes importantes, por Juan Pablo II, Benedicto XVI y la reina Isabel II, siendo ésta la primera visita de un monarca británico, desde hace cientos de años cuando la iglesia de Inglaterra se separó de la Católica en la llamada Reforma, a una catedral católica.
Exteriormente llama la atención la torre del campanario, llamada San Eduardo, de 83 metros sin contar los casi 4 metros de la cruz que la corona. Señalar que es posible subir a la torre para disfrutar de una maravillosa panorámica de la ciudad.
Su imponente fachada posee personalidad propia gracias a la combinación rítmica del ladrillo rojo y la piedra blanca, destacando el magnífico mosaico del tímpano de la puerta principal realizado por Robert Anning Bell, además realizó otros mosaicos interiores, como el de la capilla de Nuestra Señora donde se representa la Virgen de pie con el santo Niño.
Por razones económicas la decoración interior está todavía por terminar. Es por ello que el templo se consagró algunos años más tarde, en el 1910, ya que según el derecho canónico ningún lugar puede ser consagrado hasta que haya pagado todas sus deudas. Quizás por eso la primera impresión que tendrá el viajero sea de inmensidad y misterio dados por los mármoles ya instalados contrastando con el negro del techo.
Técnicamente su interior posee una longitud de 110 metros dividido en tres naves coronado por una gran bóveda. Destacan, además de sus mármoles de diferentes colores, los numerosos mosaicos. Algunos de éstos aún no han sido terminados o empezados y la Catedral sigue recibiendo donativos para poder terminarlos, claro ejemplo de ello es el mosaico de la Capilla de San José que ha sido recientemente finalizado. Por otro lado las lámparas o voladizos son del año 1909 y también son obra de Bentley. Son, en sí mismos, una reminiscencia de los cículos de metal que llevan las lámparas de Santa Sofía descritas por Pablo el Silente.
Debemos señalar que la entrada al templo es gratuita, no así subir a la torre que tiene un precio de 5 Libras y la Visita al Tesoro de la Catedral donde se expone objetos eclesiásticos. Acosejamos una visita en horario de misa puesto que podrás oir in situ las voces corales, un Coros de alto nivel calificado como uno de los mejores y más famosos del mundo.
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