Nos embarcos en dirección a Comino, uno de los destinos más esperados de nuestra visita en Malta. Mientras navegamos, aparte de sentir la fresca frisa, vamos viendo diferentes elementos de este estrecho, cuya isla central es, como decimos, Comino. Aquí el único edificio con interés histórico es la Torre de Santa María o it-Torri ta' Santa Marija (8), se construyó a principios del siglo XVI para vigilar y proteger la isla de invasores que pudieran utilizar Comino como base para atacar Malta o Gozo y para evitar que sea el escondite de piratas y contrabandistas.
La construcción fue realizada por los Caballeros Hospitalarios, por orden del Gran Maestre Wignacourt. Su diseñador fue el maltés Vittorio Cassar quien la ideó con una forma cuadrada con cuatro esquinas, una altura de 12 metros y 6 metros de espesor en sus muros. La torre se sitúa aproximadamente a 60 metros sobre el nivel del mar.
Como curiosidad deciros que los fondos para la construcción de la Torre de Santa María se obtuvieron gracias a la venta de arbustos de comino, ya que doscientos años antes se intentó reunir dinero a través de un impuesto especial sobre el vino, pero fueron a parar a las arcas del rey.
Durante la ocupación francesa (1798-1800) la torre se empleó como campo de concentración para supuestos espías. En el siglo XIX fue abandonado por los británicos, durante la ocupación de los mismos. Sin embargo, el edificio se volvió a utilizar en las dos grandes Guerras Mundiales. El periplo histórico del edificio termina cuando en 1982 pasa a ser propiedad de las fuerzas armadas maltesas, restaurándose entre 2002 y 2004.
La Torre de Santa María fue escenario para la película "El conde de Montecristo", en la que simuló ser el castillo de If. Desde el barco seguimos descubriendo la isla, ahora si bordeamos por la derecha, cerca de la Torre de santa María, lo primero que vemos, es el cabo de Ras-I-Irqlega (7).
Inmediatamente después observamos los inicios de los acantilados, con sus caprichosas formas. Encima de ellos se encuentra la Batería de Santa María (11) construida en 1716 en forma semicircular con almenas, albergando en su interior dos cañones de hierro de 12kg. Más al oeste se encuentra la Crystal Lagoon, la hermana pequeña de la Blue Lagoon, otra zona que empieza a ser conocida. Aquí no hay playa como tal, por lo que la gente salta de las rocas al mar. En los alrededores hay formaciones en la roca espectaculares.
Seguimos bordeando la isla desde la parte sur hacia el este, y vemos ahora los enormes acantilados (12) con paredes casi verticales, siendo éste el punto más alto de la isla con 47 metros sobre el nivel del mar. Sobre ellos, en el extremo sudeste, existe una granja de cerdos (10) siendo el único establecimiento comercial de la isla.
El barco continúa surcando estas claras aguas hasta llegar al siguiente punto de interés de la isla, en esta ocasión vemos el cabo de Ghemiere (6) con una pequeña ventana natural abierta en su parte más saliente, que bien podría ser un recuerdo en miniatura de la desparecida Azure Window o Ventana Azul (en maltés, it-Tieqa Żerqa).
Desde aquí comienza Bahía de Santa María (1) en la que se encuentra una playa de unos cincuenta metros de largo de arena blanca, mucho menos frecuentada por turistas, quienes se concentran sobre todo en la Laguna Azul. Desde esta playa, con aguas limpias y cristalinas, puedes explorar las cuevas situadas en el lateral del cabo de Ghemiere (más adelante las comentaremos). El punto negativo de esta zona son los edificios que fuera de temporada parecen casi abandonados. Para llegar hasta aquí puedes ir en kayak o caminar unos 15 o 20 minutos por pequeños senderos.
Llegamos ya por fin a la Bahía de San Nicolás (2), en el que se encuentra una pequeña y tranquila playa y donde se sitúan unos bungalós, el único establecimiento hotelero de la isla que sólo está abierto los meses de verano, regentado por una familia. Aquí se sitúa también el puerto natural donde el pequeño ferry nos dejará y más tarde nos recogerá.
Así pues, estamos pisando ya tierra de Comino, estamos en lo que es, desde hace años, una reserva natural y un santuario ornitológico. El paisaje casi virgen y la tranquilidad (cuando no hay muchos turistas) es una de las joyas de Comino, junto con su famoso Blue Lagoon, al que iremos andando por un camino durante unos 10 minutos aproximadamente.
Se sabe que esta isla estuvo habitada intermitentemente por campesinos desde la antigua Roma, si bien por norma general ha estado escasamente poblada e incluso abandonada. En los tiempos de los Caballeros de Malta se usó como un coto de caza y recreación. Los Caballeros fueron muy protectores con la fauna loca, consistentes en jabalíes y liebres, y a los cazadores furtivos se le mandaba, como castigo, durante tres años como esclavos en las galeras. Durante los siglos XVI y XVII, la isla sirvió como lugar de castigo de Caballeros que eran enviados aquí por haber cometido crímenes menores, normalmente eran sentenciados a la soledad o al peligroso oficio de centinela de la Torre de santa María.
Y de esta manera llegamos a la Blue Lagoon (4) o Laguna Azul o lo que es lo mismo il-Kmiemen (que traducido significa "entre los Cominos") es un estrecho canal entre las islas de Comino y Cominotto, de ahí su nombre en maltés. Enseguida el azul celeste de sus aguas cristalinas nos hace comprender el porqué de su fama.
Y no es para menos ya que estamos ante uno de los parajes más bellos de Malta por sus aguas cristalinas con un tono azul-turquesa. Guarda espléndidos fondos para practicar el buceo, con lo que esta isla se convierte en un pequeño paraíso para esas personas que aman el mar. Pero también hay espacio para los cinéfilos, ya que este pequeño paraíso fue escenario de películas como "Barridos por la marea" con Madonna, "Troya" con Brad Pitt o la miniserie "Helena de Troya", entre otras.
Aquí podrás nadar desde una isla (Comino) a la otra (Cominotto), la cual posee algunas grutas que una vez atravesadas te encuentras en pleno mar abierto, teniendo una gran sensación de sorpresa. Es normal pasar algo de miedo a la mitad de las grutas por la oscuridad, pero merece la pena, aunque eso sí, siempre hay que tener sentido común y mucho cuidado.
El pequeño islote de Cominotto (3), o en maltés Kemmunett, se encuentra a 100 metros de la orilla de Comino, posee una extensión de tan sólo 0,25 km² de área, siendo la segunda isla deshabitada más grande de Malta. Una buena panorámica de este islote lo puedes tomar en el barco que unen las islas de Malta y de Gozo, el azul del mar da paso, tras Cominotto, a un azul celeste intenso que corresponde con la Blue Lagoon, situada a su espalda.
Uno de los problemas que esconde la Blue Lagoon es que en varias ocasiones la comunidad de medusas hace imposible el baño allí, por lo que hay que andarse con cuidado para no tener una picadura de esos animales marinos. Otro aspecto a tener en cuenta es que la laguna Azul es un espacio muy reducido con pequeños tramos de playa de blanca arena, por lo que en el período veraniego está demasiado masificado. Para evitar esa masificación, Comino guarda otras calitas y playas muy bonitas, pero menos conocidas, solo tienes que andar y buscarlas teniendo en cuenta que perderse en esta isla es imposible.
Abandonamos la isla, después de haber disfrutado de sus aguas, realizando un pequeño tour por las grutas donde antaño se escondían piratas y mercenarios. Concretamente nos acercamos a las Santa Marija Caves, cuevas pocos profundas (no tienen más de ocho metros de profundidad), ideales para los que practican snorkel cuando el mar está en calma, pero sobre todo para los submarinistas que pueden explorar algunas formaciones rocosas, arcos, cuevas submarinas, etc.
En las profundidades se pueden ver pulpos, cangrejos, langostas, salmonetes, camarones, morenas, diferentes tipos de esponjas, etc.… Aquí, como ocurre en la Laguna Azul, el color predominante del agua es el azul turquesa y en muchas ocasiones es posible ver la arena blanca del fondo. Esta cavidad, en su parte emergida, también fueron utilizadas como escenario para el rodaje de la película “El conde de Montecristo”. Y después de nuestra visita a Comino, con un buenísimo sabor de boca, le decimos adiós hasta una próxima visita...
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