Se puede decir que la visita al sitio arqueológico de Gortyna se divide en dos partes: una gratuita situada al sur de la carretera y otra de pago, donde están los restos más importantes, que encontramos hacia el norte. La antigua ciudad romana era tan extensa que aquí podemos hacernos una idea de su tamaño. Aquella primera zona, que se encuentra entre olivos, es toda una experiencia para el viajero, puesto que las ruinas se encuentran diseminadas sin apenas señalización, por lo que al encontrarlas se tendrá cierta sensación de ser un descubridor. Algunas de ellas están en zonas valladas, pero fácilmente visibles. Podríamos decir que esta zona gratuita comienza con un olivo que, según el estudio de sus anillos de crecimiento anuales, tiene una edad estimada de más de mil seiscientos años.
El olivo y el aceite de oliva están estrechamente relacionados con la mitología, la historia, la tradición, la religión y el arte de Creta, así como con la vida social y económica del pueblo cretense que se remonta a 9.000 años (en la actualidad los olivares cubren aproximadamente 1/4 del área total de la isla). Este olivo tiene la particularidad, además, de que abraza una columna romana, probablemente colocada en un hueco del tronco del árbol, el cual fue engulléndola conforme iba creciendo. A principios del siglo IV d. C. la antigua Gortina, como toda Creta, sufrieron varios terremotos, lo que provocó la destrucción de varios edificios, lo que podría explicar que la columna esté partida por la mitad.
Entre los olivos, caminando entre caminos de tierra, cuando las vallas no interrumpen nuestros pasos, encontramos el templo de Isis y Serapis, un poco más al sur el templo de Apolo Pitio (convertido en una iglesia más tarde), cerca están las ruinas del pequeño teatro sur, más allá se sitúa el Nimphaeum y finalmente el Praetorium que constituyen los restos más extensos de esta parte. El Praetorium se levantó en el siglo II, aunque fue reconstruido en el IV, para ser la residencia del gobernador romano. En época veneciana fue convertido en un monasterio. Entre los restos también vemos partes del acueducto principal que traía agua hasta aquí desde la región de Zarós y, más al sur, los de las termas, los del anfiteatro y los del estadio.
Nos dirigimos ya hacia el área de pago situada al norte de la carretera para acceder a la zona de pago (cuyos restos son más impresionantes e impresionantes que los anteriores). Tras cruzar el parking de este yacimiento y después de adquirir el ticket de entrada, estamos ya dentro del recinto. Lo primero que llama la atención, situado en los soportales del edificio de acceso, es una bonita colección de estatuas encontradas aquí que muestran el alto nivel de refinamiento obtenido en la ciudad durante aquella época.
A pocos pasos se sitúa la basílica de Agios Titos o san Tito (originalmente no sabemos a qué santo estaba dedicado), uno de los monumentos más importantes de la arquitectura bizantina. El apóstol Tito, quien fue discípulo de san Pablo e introdujo el cristianismo en Creta, fue el primer obispo de la isla. En el año 250 los llamados Diez Santos (Ayioi Deka) fueron martirizados aquí. Antes de este templo, muy cerca, en la carretera provincial que conduce a Lendas y que la parte en dos, se encontraba una gran basílica del siglo VI que contaba con cinco naves y que acogió la sede metropolitana de Gortina, siendo el edificio más grande de su tipo en Creta y uno de los más grandes de toda Grecia. Pero en el año 670 fue destruida por un terremoto y, como ocurrió con casi toda la ciudad de Gortys, fue abandonada.
Es posible que aquella sede se trasladara a la basílica que vemos hoy, mucho más pequeña que aquella. Esta segunda basílica de Agios Titos probablemente fue levantada en dos fases: una primera entre mediados del siglo VI y principios del VII, y otra en el X, cuando fue reconstruida por los bizantinos, tras ser destruida por los árabes en el año 824. El edificio fue construido con piedras esculpidas por maestros artesanos con forma rectangular y formando una planta cruciforme de tres naves con crucero y cúpula, así mismo los brazos norte de dicha cruz también terminaban en cúpulas. Su interior debió haber estado ricamente ornamentado con pinturas, las cuales desaparecieron, lamentablemente, en el siglo XVI. Sin embargo, se ha salvado un monograma del siglo VI del emperador bizantino Justiniano.
Al oeste de la iglesia había un atrio o patio pavimentado, en el que todavía hoy en día se pueden ver unos sarcófagos de mármol que probablemente fueron utilizaron para el entierro del clero de la ciudad. Al norte, entre la basílica y el odeón, se abría el antiguo foro romano, en el cual hoy podemos ver olivos centenarios.
El odeón de Gortis, el vestigio más importante de Gortina, fue originalmente un buleuterio (lugar donde se reunía la boulé o consejo de la ciudad), convirtiéndose en un edificio teatral en el siglo I d.C. Aquí tenía lugar eventos musicales, representaciones teatrales y recitales, siendo el más antiguo de Creta y uno de los más importantes de su tipo. El odeón es una estructura típica de teatro romano pero techado, de hecho contaba, a groso modo, con tres partes como ocurría con aquel: el koilon (gradas para el público), la orquesta y el escenario.
El koilon aún conserva los asientos escalonados hechos con piedra tallada de Gortina, una prueba más de la prosperidad económica y cultural de la ciudad. Por su parte la orquesta estaba formada por un semicírculo pavimentado de mármol blanco y azul, mientras que la escena o escenario era una zona rectangular elevada que contenía tres entradas y diferentes nichos que albergaban estatuas. Detrás de escena, entre bastidores, había un área que contaba con suelo decorado con mosaicos, espacio que posteriormente fue utilizado para entierros.
Antes decíamos que el odeón es la ruina más importante de la antigua Gortis, ello es debido a que guarda entre sus paredes el Código Legal o Leyes de Gortina. Ese texto está grabado en una serie de piedras de nueve por tres metros que forman una gran inscripción compuesta por doce columnas o deltoi (de ahí su nombre griego Dodecadeltos), que contaba con un total de 630-640 líneas, de las que se conservan 605. El Código de Ley se colocó originalmente en el 450 a.C. en la pared circular del primer edificio público utilizado como buleuterio. La inscripción nos ha proporcionado información importante sobre el marco legal de la ciudad, caracterizándose por ser sorprendentemente liberal y progresista y el código legal griego más antiguo y, por lo tanto, está considerado el de mayor contribución de la Creta clásica a la cultura mundial, basado en la tradición minoica.
Gracias a este código podemos saber más de una época poco conocida hasta entonces. Su contenido constituye información detallada sobre el derecho privado, adopciones, casos de herencia, divorcios y casos posteriores al divorcio, como las relaciones entre padres e hijos, y por supuesto delitos (se necesitaban cinco testigos para acusar a un ciudadano de un crimen, mientras que sólo hacía falta uno para culpar a un esclavo). Está redactado en escritura arcaica bustrofédica, inscrito alternativamente de izquierda a derecha y de derecha a izquierda, para que los ojos puedan leerlo sin apartar la vista, de ahí su nombre cuya traducción sería “giro del arado de bueyes”, ya que se asemeja a la forma en que aquellos animales giraban durante el arado de un campo.
En un primer momento la inscripción de las Leyes de Gortina no se encontró entera, sino que se fue reuniendo con el paso de los años: inicialmente los franceses Perrot y Thenon descubrieron en un molino de agua en Agioi Deka una pequeña parte de las 15 primeras líneas de la undécima columna; veinte años después otro francés apellidado Haussoulier encontró otra parte de la inscripción con las 15 primeras líneas del Código Legal, incrustada en la pared de una casa del mismo pueblo. Sin embargo, el principal descubridor de la inscripción fue el arqueólogo Federico Halbherr: en una excavación de la zona descubrió en 1884 las primeras cuatro columnas del Código Legal de Gortys. Después le sucedió el arqueólogo alemán Ernst Fabricius, quien encontró el resto del texto. En su momento el hallazgo de gran parte de las Leyes de Gortina fue considerada el descubrimiento arqueológico más importante del siglo.
Desde el odeón se puede obtener una modesta panorámica del teatro norte de época romana que fue construido frente a aquel, en la ladera sureste de la colina Profitis Elias, cerca del río Leteo. Aunque fue mencionado por los viajeros europeos desde el siglo XVI, estuvo oculto bajo tierra hasta que se excavó en julio del año 2011. Durante los trabajos arqueológicos se descubrieron gran parte de la zona de asientos, la orquesta y parte del frente del escenario, lo que reveló que su diseño era muy diferente a cómo lo describieron viajeros anteriores. Se encontraron muchos elementos arquitectónicos decorados, cerámica y esculturas de mármol, que proporcionan información sobre la arquitectura del teatro romano.
En un nivel más elevado, en la colina de Agios Ioannis, al noroeste del sitio arqueológico, se encuentra la acrópolis de Gortina. Aquella montaña ya estuvo ocupada continuamente desde el Neolítico, pero fue durante el período geométrico (siglos X-VII a. C.) cuando se estableció un asentamiento fortificado, mientras que en el siglo VII se fundó un pequeño templo dedicado a Atenea Poliouchos en el lado sur de la Acrópolis. Durante el período bizantino se construyó una basílica en el lugar del antiguo templo, utilizando sus materiales de construcción, la cual fue sucedida a su vez por entra entre los siglos VI y X. En el siglo VII, durante el reinado del emperador Heraclio, la Acrópolis fue refortificada con un fuerte en el centro, del que se conserva parte de la muralla de la fortaleza, aunque en mal estado.
Volviendo al sitio arqueológico de la antigua Gortina, al norte del odeón un camino conduce hasta una platanera, cuya capacidad regenerativa (que permite al árbol recuperarse desde sus raíces de daños causados por factores ambientales como incendios o lesiones físicas) se vinculó con el legendario árbol de plátano bajo el cual Zeus y Europa, tras ser raptada por el padre de los dioses, según la mitología, hicieron el amor y desde entonces conserva sus hojas durante todo el invierno. Así, bajo la sombra de sus hojas concibieron tres hijos, todos reyes míticos de la Creta minoica: Minos, Radamantis y Sarpedón. Y es que la mayoría de especies de plataneras son de hoja caduca, pero el que vemos aquí pertenece a una rara subespecie (Platanus orientalis var. Cretica), de la que sólo se han registrado unos 50 ejemplares en Creta, que son de hoja perenne: los de la región de Chania, famosos por su valor ecológico, han sido declarados monumento natural protegido.
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