En esta calle y alrededores encontramos edificios muy notables, como el palacio del Marqués de Dos Aguas. El edificio ya posee por sí mismo un altísimo interés arquitectónico, en el que sobresale la portada de alabastro, obra del escultor Vergara. El inmueble fue levantado en el siglo XV por la familia Rabassa Perellós en estilo gótico de tres cuerpos dispuestos alrededor de un patio. Pero después de numerosas reformas a lo largo de los siglos el edificio ha tomado una planta irregular organizada en torno a dos patios. A mediados del siglo XVIII el palacio sufrió una reforma radical llevada a cabo por Ginés Rabassa de Perellós, el tercer marqués de Dos Aguas, como muestra de su poder y linaje. Los principales artífices fueron el pintor Hipólito Rovira, el escultor Ignacio Vergara y el decorador Luis Domingo.
En esta reforma, que diluyó toda su estructura gótica, destaca la portada principal que da a la calle marqués de Dos Aguas, construida hacia 1745. Como decimos, está realizada en alabastro por Vergara, según diseño de Hipólito Rovira, protegido del marqués. En esta obra se hace referencia a dos ríos caudalosos de la Comunidad Valenciana, es decir el Turia y el Júcar, representados por dos grandes figuras de atlantes desnudos, bajo los cuales dos cántaros derraman agua en alusión al título de los marqueses que habitaban el palacio.
En este grupo escultórico podemos encontrar muchos detalles: animales, motivos vegetales y florales. En el dintel se encuentra el escudo de los marqueses, el de los Rabassa de Perellós y sus diversos entronques nobiliarios. El cuerpo superior de la portada se encuentra coronado por una bonita hornacina que contiene la imagen a tamaño natural de la Virgen del Rosario. A sus pies se encuentran dos matronas arrodillas teniendo, cada una de ellas, una cornucopia de la que salen frutos, en alusión a la agricultura y la prosperidad, y otra con una vasija con monedas, alegoría de la justicia y la magnanimidad.
Originalmente la escultura de la Virgen era una obra policromada realizada por Vergara, pero desapareció. La que vemos aquí es una copia en yeso realizada en 1866 por F. Molineli Cano. Curiosamente, la hornacina posee una tapa que permite ocular la imagen: cuando los marqueses se encontraban fuera del palacio la Virgen era ocultada a la vista de todos, pero cuando aquellos se encontraban en el interior del edificio se dejaba la escultura totalmente descubierta.
En la fachada que da a la calle Poeta Querol, se encuentra otra portada fechada alrededor de 1865, mucho más sencilla que la anterior, es conocida como Portón de los Carruajes, el mismo nombre nos indica para que servía. En la época de esta portada, entre 1862 y 1867, tiene lugar otra gran reforma, por orden de Vicente Dasí, VI marqués de Dos Aguas, que dará al edificio el aspecto que presenta hoy en día. En la nueva ornamentación se tiene preferencia por los gustos afrancesados, por lo que se combina estilos como el rococó, motivos chinescos, estilos neoimperios y estilos Luis XV y Luis XVI.
El palacio alberga en la actualidad el museo Nacional de Cerámica y Artes: en sus dependencias se exponen varias colecciones de cerámica de distintas procedencias, como Paterna, Manises, Sevilla, Córdoba, Talavera de la Reina, etc... Además, podemos ver diferentes azulejos, armaduras, muebles, alfombras y en el patio tres lujosas carrozas del siglo XVIII, de las que la más impresionante y singular es la conocida como Carroza de las Ninfas, construida por Vergara y que era propiedad de los marqueses de Dos Aguas.
Ya en el exterior, algo más abajo se sitúa la iglesia de san Juan de la Cruz (antiguamente de San Andrés), fue construida sobre una antigua mezquita tras la conquista de la ciudad por Jaime I de Aragón. La configuración del templo que vemos ahora fue dada entre los años 1602 y 1615. Su fachada podemos ver que es muy austera y que los elementos decorativos se concentran en la puerta. El interior, con decoración rococó, cuenta con una sola nave con capillas entre contrafuertes y cabecera poligonal.
Si ahora atravesamos la carrer dels llibrers veremos, a nuestra mano derecha, el palacio de Boïl Arenós, que acoge en la actualidad la Bolsa de Valencia. Aunque existe un documento en el que se fecha el edificio a finales del siglo XIV, el inmueble que hoy vemos es el resultado de una configuración planteada en el siglo XVIII. En 1854 pasaría a ser propiedad de Vicente Dasí, VI marqués de Dos Aguas, el cual mientras reformaba el palacio anteriormente comentado, usó el de Boïl Arenós para diferentes usos. A lo largo de los siglos ha sufridos reformas y diferentes vicisitudes, hasta que finalmente, en 1997 fue adquirido por la Generalitat Valenciana tras graves amenazas de ruina.
Nos aproximamos ahora hasta la plaça del Col-legi del Patriarca donde podemos ver el edificio central de la Universidad Literaria de Valencia, conocido popularmente como "La Nau", fundada en el año 1501. El inmueble posee tres puertas, pero si decidimos entrar por la que recae por el carrer de la Universitat, podremos ver bajo nuestros pies y gracias a un suelo de metacrilato, los restos de las antiguas murallas árabes. Sus dependencias se encuentran ordenadas alrededor de un gran patio claustral.
El edificio actual, de estilo neoclásico, es obra de Joaquín Martínez de 1830. Ocupa un solar de 2.900 metros cuadrados, con una fachada de 70 metros en la parte que da a la calle Nave. La cara que da a la plaza del Patriarca se decoró en el año 1960 destacando una monumental fuente, obra de Javier Goerlich. Las esculturas fueron realizadas por Octavio Vicent, en ellas se representan al que fue el rector de la Universidad, Vicente Blasco, al papa Alejandro VI y a los Reyes Católicos. En el centro del grupo escultórico se encuentra una figura femenina desnuda realizada en mármol que representa la Sabiduría.
El recinto permanece abierto de lunes a viernes de 8h a 21h y los sábados de 9 a 13h. En agosto solo permanece abierto por la mañana. Es posible realizar una visita guiada en grupo por el paraninfo, la capilla y la biblioteca, previa cita llamando al teléfono (+34) 963 864 377 (Ext. 51207). Junto a la Universidad se alza una de las obras maestras del Renacimiento español: el Real Colegio del Corpus Christi, conocido popularmente como el Patriarca debido a que fue edificado entre 1586 y 1610 por voluntad del beato Juan de Ribera, arzobispo de Valencia y patriarca de Antioquía.
En su construcción intervinieron maestros canteros como Gaspar Gregori, Guillem del Rey, Bartolomé Abril, Francisco Figuerola, entre otros. Es un edificio compacto cuyas dependencias se ordenan a través de un claustro rectangular. En su austera fachada destaca una galería de arquillos que corona su parte alta y una gran ventana enrejada que ilumina el coro alto del interior de la iglesia, la cual está totalmente decorada con pinturas al fresco. La torre fue construida alrededor del 1600, su forma cuadrada de dos cuerpos rompe la uniformidad de la fachada en esta esquina.
El campanario dispone de ocho campanas llamadas: La Despertadora o La Bàrbera (1550), La Xerra (1603), El Vicent (1603), El Mauro (1606), El Peret (1678), La Morlaneta (1678), L'Andreu (1889) y El Beato (1914). La portada principal, construida en 1603, es la que cuenta con mayor decoración, dentro de la simplicidad general del edificio. Cuenta con el escudo del Patriarca y la fecha de MDCIII situado en el centro de un frontón curvo.
El claustro, construido por Guillén del Rey en 1599, es uno de los mejores ejemplos de arquitectura renacentista española, realizado con columnas dóricas y jónicas de mármol de Carrara. En el centro del patio se sitúa la escultura de san Juan de Ribera, hecha por Mariano Benlliure en 1896. La estatua sustituyó a una fuente en cuyo centro tenía una figura de época romana. En el piso superior del claustro se encuentran las celdas del Colegio, dependencias oficiales, sala de estudio, archivo, administración, etc...
Por un lateral se accede por una escalera al Museo del Patriarca, donde se exhiben valiosas obras pictóricas como las del Greco, Joan de Joanes, Sariñena, Morales o Ribalta, además de una buena colección de pintura flamenca. También se exponen diferentes piezas de arte religioso de los siglos XVI y XVII, así como el manuscrito original de la obra póstuma de Tomás Moro, canciller británico y mártir de la iglesia, escrito durante su reclusión en la Torre de Londres por orden del rey Enrique VIII durante el surgimiento de la Iglesia anglicana.
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