EDIMBURGO (EDINBURGH / DÙN ÈIDEANN)


La ciudad de ciudades, así es como se conoce a esta megametrópolis y no falta razón en ello, puesto que el origen del Gran Londres que conocemos actualmente es el resultado de la unión de varios barrios que crecieron llegando a convertirse cada uno en verdaderas ciudades. Por eso la visita a la urbe dejará constancia en el viajero de que no existe sólo un Londres, sino que hay multitudes de Londres: la arquitectura de las calles, el ambiente multicultural y el orgullo de haber sido todo un imperio naval, entre otras cosas, hacen realidad esto que comentamos.

¡¡¡Bienvenidos a Londres!!!

Datos:
Nuestra visita: Diciembre de 2013.
Idioma Oficial: Inglés.
Moneda: Libra Esterlina (£).
Población 2007: 7.556.900 hab.
Superficie: 1.706,8 Km².
Prefijo telefónico: 0044 0207 zona centro / 0208 resto.
Web oficial: london.gov.uk

CRÓNICAS DE EDIMBURGO


Un poco de Historia...

Aunque uno de los primeros asentamientos humanos de la zona lo encontramos en Arthur's Seat, los restos más antiguos se encuentran en Cramond, donde se han hallado indicios de un campamento del Mesolítico fechado en el 8500 a.C. Cuando los romanos llegaron a este lugar a finales del siglo I d.C., se toparon con una tribu celta que bautizaron como Votadini. En algún momento antes del siglo VII d.C., los Gododdin (presumiblemente los descendientes de los Votadini) construyeron un fuerte en la colina de Din Eidyn o Etin. No se sabe a ciencia cierta donde fue edificado aunque parece probable que hubieran elegido para tal fin una posición dominante como Castle Rock, Arthur's Seat, o Calton Hill. En el siglo VII fue fundado el castillo en Castle Rock o Colina del Castillo por Edwin, rey de los anglos de Northumbria, y de quien la ciudad tomó su nombre a partir de entonces: Edwin's Burgh. Alrededor del año 950, durante el reinado de Indulf, hijo de Constantino II, el castillo cayó en manos de los escoceses.

El burgo se fue desarrollando a lo largo de la Edad Media, pero sobre todo desde que el rey David I abandonó Dunfermline y convirtió Edimburgo en la capital de su reino en 1124. La ciudad, exceptuando un turbulento periodo en que la capitalidad fue trasladada a Perth, se convirtió en el centro de la vida política escocesa tras el asesinato de Jacobo I en 1437. A mediados del siglo XV se levantaron las primeras murallas. En 1513, tras la derrota y muerte del rey Jacobo IV a manos de los ingleses en la batalla de Flodden, se construyó un nuevo recinto defensivo que no impidió que en el año 1544 la ciudad sufriera una gran devastación causada por el asalto inglés, tras fracasar el proyecto de Enrique VIII de Inglaterra de casar a su hijo Eduardo con María, reina de Escocia.

El regreso desde Francia de María en 1561, dio paso a uno de los capítulos más trágicos de la historia de Edimburgo y de Escocia: derrota, captura y muerte de la reina en la Torre de Londres. En 1603 ascendió al trono de Inglaterra Jacobo VI, hijo de María, con el nombre de Jacobo I Estuardo. De esta manera las coronas de Escocia e Inglaterra se unieron, aunque Escocia permaneció, a grandes rasgos, como reino independiente. En el año 1638, el rey Carlos I intentó introducir las formas de la iglesia anglicana en Escocia, lo que ocasionó una dura oposición presbiteriana que culminó en la llamada Guerra de los Tres Reinos. Posteriormente diferentes acontecimientos golpearon duramente a la ciudad como la revolución de Cromwell o la epidemia de la peste.

En el siglo XVII los límites de la ciudad de Edimburgo aún estaban definidos por las murallas, dando como resultado que la creciente población construyera edificios de varias alturas, siendo comunes los de 11 o más pisos. La mayoría de estas altas estructuras antiguas fueron reemplazadas por los edificios victorianos que vemos actualmente en el casco antiguo. Y así llegamos al 1707, año en que se firmó en Edimburgo la unión entre Escocia e Inglaterra, acabando de raíz con el peligro de nuevas guerras y devastaciones. Así, a mediados del siglo XVIII se construyó el primer edificio extramuros de la ciudad, posteriormente se desecó el pantano de Nor'loch, y se empezaron a levantar diferentes palacios neoclásicos fuera del casco antiguo o Ciudad Vieja, dando origen a la Ciudad Nueva. Durante ese periodo Edimburgo se convirtió en un importante centro intelectual y cultural, lo que hizo que se le apodara como la Atenas del Norte. Figuras de filósofos como David Hume, Adam Smith, James Hutton y Joseph Black, arquitectos como Robert Adam, pintores como Robert Burns y Walter Scott, etc... contribuyeron a este esplendor cultural.

Las industrias tradicionales de imprenta, elaboración de cerveza y destilación siguieron creciendo en Edimburgo durante el siglo XIX, uniéndose a ellas otras nuevas como las de caucho o ingeniería. En los años 40 de dicho siglo llegó el ferrocarril, en los años 60 comenzó la transformación y adecuación de la Ciudad Vieja con edificios victorianos, ya que hasta la fecha era un tugurio deteriorado y superpoblado, cuyos habitantes tenían una esperanza de vida muy baja. Esas mejoras continuarían a principios del siglo XX.

A la antigua Universidad de 1582 se le sumó una nueva de 1966. Además en los años 90 de dicho siglo se creó un nuevo distrito financiero en los terrenos recuperados a la compañía del ferrocarril al oeste del castillo. Este desarrollo continuo permitió a Edimburgo mantener su segundo puesto, después de Londres, de centro financiero y administrativo más grande de Reino Unido.


Mapas turísticos de Edimburgo:

Mapa de Edimburgo:


Mapas generales de Edimburgo:


Mapa autobuses región de Lothian:


Mapa de los carriles de bicicleta en Edimburgo:

Mapa tram y autobuses de Edimburgo:


Mapa trenes Edimburgo:


Mapas del Castillo de edimburgo:


Mapa Greyfriars Kirkyard de Edimburgo:


Mapa National Museum of Scotland de Edimburgo:


Mapa National Galleries de Edimburgo:


Mapa zoo de Edimburgo:


Mapa Terminal I aeropuerto de Edimburgo:


Otros mapas de Edimburgo:


Qué ver en / Diario de viaje (EN CONSTRUCCIÓN):


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CONCLUSIONES E IMPRESIONES:


Edimburgo es una ciudad fácil de visitar a pie, ya que en su modesto tamaño las principales atracciones se encuentran muy cerca las unas de las otras. Hay que destacar la belleza, bien diferenciada, de las ciudades Vieja y Nueva, la primera es un amasijo de diferentes edificios agolpados rítmicamente, mientras que la segunda posee grandes avenidas y bonitos edificios neoclásicos. Si nos dieran a elegir nos quedaríamos con la Ciudad Vieja porque posee un aire especial, mágico, con historias sorprendentes y sobrenaturales, más aún con sus closes en los que tras pasar estrechos callejones, de repente, te encuentras en una plaza o algún rincón especial. Hay que recorrer la Royal Mile, pero también hay que perderse por otras calles adyacentes, veras como merece la pena.

Si la parte externa de la ciudad nos ha gustado mucho, también nos ha entusiasmado su parte subterránea, destacando el Mary's King Close y las bóvedas de South Bridge. El callejón de Mary King se visita mediante un tour organizado en el que conoceremos por qué ha quedado bajo tierra, además de escuchar historias de sus habitantes, algunas con final fantasmagórico. En Edimburgo existen varios tours de fantasmas, pero nosotros os recomendamos el titulado como Misterios de ultratumba de Mercat Tours (realizado en español) puesto que, además de recorrer los closes y las calles de la ciudad con sus respectivas historias sobrenaturales, podremos visitar las bóvedas de South Bridge que de otra manera no podremos ver, ya que esta compañía tiene acceso exclusivo a ellas y ya os avisamos de que se trata de otro de los lugares con más actividad paranormal de Gran Bretaña.

Otra de las maravillas de la ciudad es sin duda el Castillo, no podemos hablar de Edimburgo sin referirnos a esta fortaleza puesto que sus historias están estrechamente unidas. Perfectamente se puede echar la mañana entera en su visita y lo que más nos ha gustado han sido las Joyas de la Corona, el Gran Salón (The Great Hall), la prisión militar (Military Prison) y la exhibición de los prisioneros de guerra (Prisons of War Exhibition). Desde Grassmarket Square por un lado y desde Princes Street gardens por el otro, hay bonitas panorámicas al castillo. No olvidar ver este monumento iluminado exteriormente por la noche.

En la Ciudad Nueva nos gustó mucho el National Galleries, museo pictórico donde se exponen obras de artistas importantes como Velázquez. Nos gustó porque, a pesar de ser un espacio expositivo pequeño, posee obras de gran calidad que se visita de una manera muy amena, de hecho nosotros dimos dos vueltas al recinto para volver a ver algunos de sus cuadros.

Calton Hill es otro de los sitios famosos de la ciudad, desde aquí podremos obtener una panorámica esplendida. Hay quien asciende hasta Arthur's Seat para ver Edimburgo desde lo más alto, nosotros no subimos porque estábamos satisfechos con las vistas que obtuvimos desde la colina de Calton Hill. Y si estas cerca de aqui no te puedes perder el cercano Old Calton Burial Ground, un cementerio victoriano donde está enterrado el filósofo David Hume y donde se eleva un gran obelisco que rememora a los reformistas del siglo XVIII fallecidos por motivos políticos. Si tienes más ganas de ver lapidas y tumbas, al otro lado de la ciudad, el Greyfriars Kirkyard te espera también con historias, no sólo macabras y sobrenaturales, sino también llenss de ternura como la del perro Bobby.

Cerca de este último campo santo se encuentra el Museum of Scotland donde se encuentra disecada la famosa oveja Dolly. El amplio museo tiene colecciones etnológicas, científicas, de historia natural, arqueológica, etc... Como hemos señalado, se trata de un museo grande y por tanto hay que emplear mínimo unas tres horas para su visita. A nosotros el recorrido, que comentó en la planta baja, empezó siendo algo pesado, pero conforme íbamos avanzando nos comenzó a gustar mucho más.

Merece ser destacado el carácter amable y abierto de los habitantes de Edimburgo, a pesar del frio siempre están dispuestos a ayudarnos con un sonrisa, de alguna manera, ese carácter dista mucho de la idea preconcebida de frialdad, formalidad y distanciamiento británico. En cuanto a la parte gastronómica, nosotros tenemos que decir que, a diferencia de en otras partes de Reino Unido, aquí hemos comido muy bien y a un precio más que aceptable. Os recomendamos la cadena Wetherspoon, tienen varios locales en Edimburgo con varias ofertas y una carta asequible, además de un plato del día contundente y muy barato (para el almuerzo). Nosotros hemos ido, por ser edificios históricos con una decoración que respeta sus orígenes, al llamado Booking Office (antigua oficina ferroviaria) situado cerca de la estación de trenes y The Standing Order, un antiguo banco en el que podemos ver incluso la antigua caja fuerte donde se guardaba el dinero.

Otros de los pubs que os recomendamos para comer es The Wold's End, llamado así porque era aquí donde se encontraba la puerta de acceso a la ciudad de las antiguas murallas y por tanto el fin del universo urbano. En su interior lo primero que nos llamara la atención son los cientos de billetes mundiales, con dedicatoria incluida,que cubren la parte superior de la barra.

En este pub podemos probar uno de los platos típicos escoceses: los Haggis, una especie de morcilla de sabor intenso elaborado normalmente a partir de asaduras de cordero u oveja, mezclado con cebolla, harina de avena, hierbas y especias. El que probamos fue el Haggis & Potato Pie que, aparentemente, era como una lasaña compuesta, además de por el mismo haggis, por puré, salsa de whisky, verduras de temporada y neeps (una especie de cruce entre el repollo y el nabo), lejos de la típica presentación de los haggis introducido en el mismo estomago del animal.

Nosotros recomendamos probarlo, pero si te es imposible siquiera introducir un poco en tu boca, no te preocupes, hay mundo culinario más allá de los haggis. Más platos típicos escoceses: Haddock, es una especie de merluza; Kipper o arenque ahumado; diferentes sopas como la Scotch broth, cuyos ingredientes principales es el cordero y las verduras, o la Cullen Skink, sopa de pescado ahumado con patatas y cebolla, o la Coock a leekie, sopa con pollo, puerros y pasas. Es importante señalar que para la hora del almuerzo, muchos de los restaurantes que nos encontraremos en Edimburgo sirven un menú del día bastante económico que cosiste, normalmente en una sopa y un sándwich.

Estando en Escocia no podemos pasar por alto una de sus bebidas típicas: el whisky. Hay varios tipos de esta bebida: el que sólo contiene grano de cebada malteada (Single malt), el que puede contener cebada no malteada además de otros cereales como trigo y maíz (Single grain), el que está Compuesto por una mezcla de whisky de malta de diferentes edades procedente de varias destilerías (Blended malt) y finalmente el tipo que más se produce en Escocia, el que tiene una mezcla de whisky de malta y whisky de grano (Blended). Pero cuando los escoceses no están bebiendo whisky es muy probable que estén ingiriendo cerveza. Las dos grandes cerveceras escocesas son McEwan´s y Tennents, en Edimburgo solo queda la pequeña empresa de Caledonian Brewery.

En cuanto al desayuno, el típico escocés es parecido al inglés con una diferencia, se le añade también haggis. Capítulo aparte merecen los tés y la repostería: los dulces más típicos son los Oatcakes (Galletas de avena), los Shortbreads (galletas de mantequilla), el Dundee cake (pastel de frutos secos), el Cranachan (dulce de crema, harina de avena y frambuesas), etc...

¡Buen viaje y felices experiencias!

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